miércoles, 7 de julio de 2010

No somos novios pero como si lo fuéramos

Al tomar un café esta noche me llamo la atención la nueva modalidad de las relaciones que se viven en esta época, donde las parejas se construyen desde la incertidumbre, ¿Somos o no somos pareja?, una respuesta sencilla sería responsabilizar al posmodernismo, a la rapidez de las cosas y la nueva era, sin embargo este fenómeno va más allá de eso, ¿a qué le tememos?, será que las relaciones pasadas nos han dejado tan lastimados que tratamos de hacerlo todo con calma o es una consecuencia del fast world, esa vida tan acelerada e incluso amenazadora que nos lleva a una regresión epocal en donde existe la creencia de querer esperar por una relación seria o estable sin embargo esto nos coloca en una ambigüedad en el estar o no en una relación, queremos tomarnos las cosas con calma pero no nos damos cuenta que los sentimientos siguen su propio ritmo y que estamos llevando un noviazgo aún sin ponerle un nombre.

Hablo de aquellas personas que conocen a alguien con quien se complementan de tal manera que les gusta estar con esa persona, que logran encontrar alguien con quien compartir intereses, gustos, afinidades, pasatiempos, etc., y que cuando tienen a esa persona enfrente aún teniendo esa atracción física y sexual e incluso teniendo relaciones coitales con esta persona, tienen miedo a formalizar la relación, por que ciertamente cuando entre dos personas hay convivencia y sentimientos por el bienestar del otro estamos hablando de una relación de pareja, Alvárez Gayu define el amor cuando a una persona le importa el bienestar de la otra persona. ¿Será que fuimos tan lastimados en el pasado que así como en las batallas tentamos terreno para ver si es seguro salir y caminar de nuevo? O ¿Será simplemente que tenemos que re-encontrarnos con nosotros mismos, re-descubrirnos y re-conocernos, saber quiénes somos para después respondernos si lo que tenemos enfrente es una parte complementaria que desearíamos tener? Y una vez sabiendo que es lo que somos y lo que queremos ¿Podremos empezar una relación saludable y sin miedos?

No es necesario tener que cumplir con el requisito de una relación anterior lastimosa, en muchas ocasiones ni siquiera es necesario haber tenido alguna relación previa, ya que contamos con la grandiosa escuela de la vida y la familia y tampoco es necesario haber tenido a ambos padres, incluso en eso aprendemos. No es casualidad que hijas de mujeres solteras se vuelvan más independientes de las hijas de madres abnegadas.

A lo largo de nuestra vida vamos aprendiendo en nuestra familia cómo se viven las relaciones de pareja y cuáles son los valores que nos damos a nosotros mismos. Aprendemos a ser quien cubra las necesidades del otro, de hacernos responsables por su bienestar, de sus sentimientos, pensamientos y acciones; nos adaptamos y cambiamos por la otra persona, sentimos ansiedad y preocupación por los problemas del otro y en consecuencia sentirnos con la necesidad casi obligación de ayudarlo, tratamos de complacer a otros en lugar de nosotros mismos, nos sentimos más seguros al dar sin embargo nos frustramos y molestamos por ser los únicos que damos, aprendemos a comprometernos demasiado y hacer culpable al otro por nuestro malestar y con el tiempo desarrollamos baja autoestima, dependencia, control y tendemos a ser débiles en los límites.

Ahora falta la contraparte, como dicen por ahí, para que haya un roto tiene que haber un descocido y para que exista alguien dispuesto a adaptarse al otro y no comprometerse en la relación debe existir el otro que no quiera comprometerse tal vez por el mismo miedo al compromiso, que finalmente se sintetiza a ese sinfín de inseguridades que fuimos aprehendiendo en nuestro camino.

¿Qué esperamos entonces para poder salir al campo de batalla y afrontar lo que venga sin miedos? ¿Cuánto tiempo más vamos a seguir tentando el terreno? ¿Qué esperamos para tomar una decisión y esclarecer la situación amorosa? ¿Será que primero tendremos que reencontrarnos a nosotros mismos y reconocer qué es lo que queremos y sentimos? ¿Qué harías tú?

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